Quiche de hojaldre con espinacas, salmón ahumado y nata de avena

Hay días en que no puedo evitar de pensar en la hipercolesterolemia; esta sombra silenciosa que nos persigue, y que pronto o tarde nos alcanza a todos. Hoy, abstraída por intensas reflexiones anticolesterolicas, he reprimido mi furia repostera y he buscado una receta más aptas para los que soportan a diario esta cruz.

Para este propósito pensaba que solo necesitaría observar la alimentación de un deportista de elite.

¡Que equivocada estaba!

Después de haberme interesado por las dietas de numerosos campeones he descartado todas las opciones por distintas razones. Os dejo unos ejemplos:

• Michael Phelps con sus 12 mil calorías diarias y un desayuno a base de tres sándwiches de huevo y queso, una tortilla de 5 huevos, un plato de avena, pan francés, panecillos con chocolate y un par de tazas de café no me pareció apto porque antes de digerir lo que se come el tiburón de Baltimore para empezar el día me da tiempo de reencarnar tres veces.
• Pau Gasol fue eliminado antes de investigar su dieta porque a las estanterías donde coge el los alimentos en el supermercado, yo no llego ni de puntillas.
• El regimen de Rafa Nadal tampoco me convenció porque visto el bronceado caribeño que luce todo el año debe de tener un exceso de betacaroteno en el cuerpo.

Así que para la creación de mi quiche me he acordado de Popeye. Si, Popeye.

¿Quien se lo imagina con el colesterol alto? Comiendo espinacas a todas horas?

¡Imposible!

Ingredientes:

• 1 masa de hojaldre redonda lista para hornear
• 600 g de espinacas frescas limpias
• 100 g de salmón ahumado
• 200 ml de nata de avena (os animo a probarla, tiene un sabor muy neutro y es una alternativa light a la nata de siempre. Yo compro la marca Oatly)
• 2 huevos
• 30 g de parmesado rallado (o de queso semicurado)
• 1 diente de ajo
• aceite de oliva virgen extra

Preparación:

Enciende el horno a 180º.

Calienta unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra y sofríe el ajo cortado en laminas hasta que esté doradito. Añade las espinacas bien limpias y cuécelas tapadas durante 10 minutos.

Engrasa un molde redondo con un poco de mantequilla (o aceite si prefieres) y recúbrelo con el hojaldre, recortando la masa en exceso que guardarás para la decoración. Con la ayuda de un tenedor practica unos foros por toda su superficie.

Esparce las espinacas bien escurridas encima del hojaldre.

Bate un huevo junto con el parmesano rallado, añade la nata de avena y por último el salmón ahumado cortado en trozos de pequeño tamaño.

Vierte la mezcla sobre las espinaca y nivélala con de dorso de una cuchara.

Estira la masa que habías guardado para la decoración y con un cortador de la forma que prefieras, prepara unas figuras y apóyalas sobre la superficie de pastel.

Bate el segundo huevo y pinta el hojaldre con un pincel de silicona para que quede brillante después de la cocción.

Hornea durante 45-50 minutos.